sábado, 11 de septiembre de 2010

DEUDA DE OXÍGENO

Frente a una actividad de mediana o alta intensidad, el organismo necesita más oxígeno del que habitualmente consume en estado de resposo.


Esto en sí no sería un problema, ya que oxígeno hay de sobra. La cuestión es que esa demanda de oxígeno crece a medida que los sistemas de alta energía (ATP-PC y glucólisis rápida) comienzan a producir energía de forma inmediata. Estos sistemas responden casi al instante, pero a un alto costo. La glucólisis lenta es más barata, pero tal como su nombre lo indica, la energía tarda en llegar.


Cuando el esfuerzo termina, llega la hora de pagar por ese oxígeno. La cantidad de oxígeno captada durante la fase postesfuerzo que suele superar las verdaderas necesidades en reposo, se suele denominar deuda de oxígeno.


La deuda de oxígeno tiene dos fases. En la primera (o rápida) se resintetizan los depósitos de fosfato, es decir, las reservas de ATP y fosfocreatina. Con la misma velocidad también se recuperan los depósitos de oxígeno (mioglobina). Esta fase también puede denominarse “aláctica”. En la segunda (o lenta) se remueve el ácido láctico, el cual debe ser transportado al hígado para su posterior conversión. Esta fase también es conocida como “láctica”.


La duración de la deuda de oxígeno es proporcional al volumen e intensidad del entrenamiento realizado, y en casos tales como los que se dan en pruebas de corta duración (de 35″ a 2′), la mayor captación de oxígeno puede prolongarse hasta los 60 minutos.

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